Caazapá: Espacio de Desarrollo Infantil premiado por enseñar a cuidar el entorno
Cuidan la huertita y colaboran en la recolección de los frutos; participan en la producción de abono orgánico y en el cultivo de plantas ornamentales; ayudan a elaborar planteras reutilizando envases de detergente.
Unos 35 niños y niñas de 0 a 3 años, del Espacio de Desarrollo Infantil (EDI) N° 8, de Caazapá, participan desde hace un tiempo en este tipo de actividades, con las cuales no solo reciben estímulos, socializan y se divierten, sino que, además, aprenden a cuidar su entorno.
Todos estos quehaceres formaron parte del proyecto El sendero de los niños. Creando un entorno más saludable, llevado adelante por el EDI, y que resultó ganador, a nivel país, del concurso Mi patio es el mundo, impulsado por la Organización Mundial de Educación Preescolar (OMEP) y la fundación Arcor.
La iniciativa, que se realiza en siete países de la región, pone en valor experiencias educativas que están transformando la infancia en América Latina y que abordan la sostenibilidad desde lo cotidiano, ya sea a través del cuidado del ambiente, la inclusión social, la diversidad cultural o la promoción de prácticas responsables.
Además de todo el trabajo de campo, participar en el concurso también implicó realizar la sistematización del proyecto.
El premio fue un lote de materiales didácticos para el EDI por valor de 1.600 dólares (aproximadamente once millones de guaraníes), que van a favorecer el desarrollo de los niños y las niñas que acuden al espacio.
Desarrollo sostenible
“El proyecto consistió en el hermoseamiento del entorno donde conviven los niños, con plantas ornamentales y elementos naturales. También hemos trabajado el cultivo de hortalizas, de manera totalmente orgánica, porque produjimos nuestro abono con los desechos generados desde la cocina y con los restos de césped del espacio”, comenta María Victoria Patiño, coordinadora del EDI N.° 8.
Los niños y niñas participaron en el cultivo de las plantas y también en el proceso de elaboración del compost. “Cada tanto, revisaban su depositario de elementos de compost, acompañados de un adulto responsable. También cultivaron las plantas, cuidaron su huertita con el riego e hicieron el proceso de recolección de los productos de la huerta”.
Además, colaboraron en la creación de planteras a partir de elementos desechables, como bidones de plástico. “Reutilizamos todos nuestros envases, con los cuales creamos planteras y les pusimos plantas ornamentales. Luego donamos esas planteras al departamento de consultas prenatales del hospital local, para hermosear la sala de espera”, detalla la coordinadora.
Pero en el proyecto no solo participaron los niños y niñas: también se involucró a las familias. Con ellas se trabajó en la concienciación sobre la importancia de cuidar el entorno, y en tratar de que repliquen en las casas algunas de las actividades que se realizan en el Espacio de Desarrollo Infantil, como el cultivo de una huerta, para la cual no se necesita una gran inversión.
“Lo que se buscó con esto es que el EDI cuente con un entorno cien por ciento saludable y amigable con la primera infancia, teniendo como base la educación para el desarrollo sostenible. Así también, buscamos concienciar a la comunidad socioeducativa sobre la influencia de la acción humana sobre el entorno natural”, resalta María Victoria.
Atención integral
En el EDI de Caazapá se brinda atención integral a unos 35 niños y niñas provenientes de familias de madres o padres trabajadores, en diversas situaciones de vulnerabilidad, priorizando a los de escasos recursos.
Los infantes acuden al lugar de lunes a viernes, desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde. La atención incluye incluye alimentación saludable, según planes elaborados por especialistas, dependiendo de la fase evolutiva de cada niño.
Además, reciben estimulación oportuna en todas las dimensiones, a cargo de educadoras especializadas en el área, con un enfoque biopsicosocial y comunitario, que se centra en el juego y en el interés exploratorio de la niña y el niño, en un espacio seguro. También se ofrece apoyo a las familias para que puedan incorporar pautas de crianza y estimulación adecuadas en el hogar.
Identidad, autonomía, convivencia y vida saludable son otras dimensiones que se trabajan en el EDI. También lo son el área de lenguaje, a través de cuentacuentos, expresión corporal y musical; experiencias lógico-matemáticas y expresión plástica, así como la relación con el medio natural, social y cultural.
Enfoque comunitario
“Trabajamos con las familias la importancia de que los niños tengan su documento de identidad, que su esquema vacunatorio esté completo, y si precisan de atenciones médicas o de especialistas, les orientamos”, comenta Patiño.
El EDI también brinda un servicio de atención domiciliaria. “Estamos llegando a las distintas comunidades del distrito de Caazapá para poder trabajar en la metodología de cuidado del desarrollo infantil con las familias y en el desarrollo de las habilidades parentales también, en el aprendizaje a través de los juegos, y en la vinculación de las familias con los servicios existentes dentro de la comunidad para asegurar el cumplimiento de los derechos de los niños”.
El espacio cuenta con cinco educadoras itinerantes, cada una de las cuales tiene una capacidad de cobertura de unos treinta niños, en la modalidad domiciliaria.
El EDI N.º 8 trabaja muy de cerca con distintos actores sociales locales. “Por ejemplo, la municipalidad nos garantiza la limpieza del patio, suelen venir a hacer la carpida. También hicieron el vallado perimetral del EDI. Además, tenemos apoyo del hospital: los médicos vienen a hacer jornadas de atención médica integral en el espacio. Por otra parte, solemos recibir apoyo de oenegés o de las cooperativas, que nos donan algunos elementos que nos hacen falta».
Proyecto por la infancia
Los EDI forman parte del proyecto “Atención integral a niños y niñas de 0 a 3 años con enfoque comunitario en capital y 13 departamentos”, ejecutado por el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MINNA), con financiamiento del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI).
Actualmente, hay 22 EDI en funcionamiento en el país, de un total de 31 programados, que deben implementarse antes de la finalización del proyecto, prevista para el 31 de marzo de 2027.
El objetivo general de este programa es promover el desarrollo integral de niños y niñas de 0 a 3 años, por medio de la formación de padres, madres y cuidadores, en habilidades para una crianza adecuada en espacios comunitarios.
Todo esto enfocado en territorios con alto porcentaje de población en estado de vulnerabilidad, de los departamentos de: Concepción, San Pedro, Guairá, Caaguazú, Caazapá, Itapúa, Paraguarí, Alto Paraná, Central, Presidente Hayes, Misiones, Ñeembucú, Boquerón y Capital.
Hasta setiembre de este año, 2.619 niños y niñas de 0 a 3 años han sido atendidos en estos servicios. Por otra parte, unos 4.399 fueron atendidos en la modalidad de visita domiciliaria, más de 3.300 madres y cuidadores/as fueron capacitados en habilidades para una crianza adecuada; y más de 100 madres líderes fueron formadas como monitoras y difusoras de pautas de crianza adecuadas. También fueron capacitados en estos temas más de 1.400 miembros de Consejos Departamentales y de Consejos Municipales.
El proyecto tiene recursos aprobados por el FEEI, por poco más de 70.720 millones de guaraníes, de los cuales hasta el momento se han ejecutado unos 36.052 millones, que constituyen un 51% del total.
Satisfacciones y desafíos
¿Qué es lo más gratificante del trabajo que se realiza a través del EDI? María Victoria Patiño no puede evitar emocionarse al responder: “Es el hecho de poder contribuir a que los niños y las niñas de escasos recursos puedan acceder a un servicio de calidad. Es un verdadero privilegio poder ayudar a que tengan garantizados todos sus derechos, porque un niño que crece con esas garantías puede enfrentarse a la vida con mejores herramientas. Se nota demasiado el cambio y eso es algo fantástico”.





