El estudio sobre los componentes de venenos de serpientes para el desarrollo de potenciales fármacos contra enfermedades como el mal de Chagas y la leishmaniasis constituye un campo emergente e innovador en Paraguay, donde son escasos los grupos de investigación especializados en esta área. Así lo destacó Ana Gómez, doctora en biología experimental e investigadora categorizada en el nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SISNI), quien realiza investigaciones en esta línea.
La profesional señaló que la información generada en ese ámbito es novedosa para nuestro país, y se encuentran colaborando estrechamente con centros de investigación en Brasil, que poseen una amplia experiencia en este campo. Sin embargo, la investigación en Paraguay todavía se encuentra en la fase de implementación de técnicas y complementación de ciertos análisis.
Su línea de investigación se enfoca en la identificación de moléculas con actividad antiparasitaria, principalmente extraídas de fuentes naturales, como los venenos de serpientes jarara (Bothrops spp) y mbói chini (Crotalus spp), así como de compuestos derivados de plantas. La doctora trabaja con técnicas de expresión recombinante de proteínas y estudia los blancos moleculares de parásitos, especialmente leishmania y trypanosoma cruzi. Además, realiza estudios de screening farmacológico para evaluar la eficacia de estas moléculas frente a los parásitos, llevando a cabo una variedad de pruebas experimentales.
El programa paraguayo para el desarrollo de la ciencia y la tecnología (PROCIENCIA) resultó fundamental para el progreso de la carrera de la investigadora Gómez, desde que comenzó a trabajar en el Centro para el desarrollo de investigación científica (CEDIC) en el año 2007. En ese entonces, el laboratorio no contaba con el equipamiento necesario, pero gracias a PROCIENCIA, se pudieron montar las instalaciones y adquirir la mayoría de los equipos que actualmente forman parte de ese programa.
Asimismo, la investigadora estuvo realizando estudios de posgrado en el extranjero y regresó a Paraguay a través del programa de repatriación y radicación de investigadores del exterior, que también se encuentra en el marco de PROCIENCIA. En una reflexión sobre los desafíos que enfrenta la investigación en Paraguay, comentó que la continuidad de los fondos destinados al financiamiento de proyectos, la gestión de la adquisición de equipos para laboratorios y los trámites burocráticos para la postulación a convocatorias de financiamiento para proyectos de investigación son algunos de los más significativos.
Actualmente, en Paraguay existen 707 investigadores categorizados en el SISNI, distribuidos en diferentes niveles como iniciantes, nivel I, nivel II, nivel III y eméritos. Es importante mencionar que la segunda fase de PROCIENCIA sigue ejecutándose a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y es financiada por el Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), con una inversión aproximada de ₲ 590.000 millones.

